Métodos  El movilismo  Tect de placas  Placas litosféricas  Orogénesis  Deformaciones  El magma  División de los conts

Tras la muerte de Wegener, algunos geólogos se interesaron por su teoría y sus argumentos. Tras varia teorías, se originó la de la tectónica de placas, la cuál era una conclusión de las teorías propuestas por los geólogos anteriores. Esta teoría explica la forma en que está estructurada la litosfera (porción externa más fría y rígida de la Tierra). La teoría da una explicación a las placas tectónicas que forman la superficie de la Tierra y a los desplazamientos que se observan entre ellas en su movimiento sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones. También explica la formación de las cadenas montañosas (orogénesis). Asimismo, da una explicación satisfactoria de por qué los terremotos y los volcanes se concentran en regiones concretas del planeta (como el cinturón de fuego del Pacífico) o de por qué las grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y no en el centro del océano.

 Las placas tectónicas se desplazan unas respecto a otras con velocidades de 2,5 cm/año lo que es, aproximadamente, la velocidad con que crecen las uñas de las manos. Dado que se desplazan sobre la superficie finita de la Tierra, las placas interaccionan unas con otras a lo largo de sus fronteras o límites provocando intensas deformaciones en la corteza y litosfera de la Tierra, lo que ha dado lugar a la formación de grandes cadenas montañosas (por ejemplo las cordilleras de Himalaya, Alpes, Pirineos, Atlas, Urales, Apeninos, Apalaches, Andes, entre muchos otros) y grandes sistemas de fallas asociadas con estas (por ejemplo, el sistema de fallas de San Andrés). El contacto por fricción entre los bordes de las placas es responsable de la mayor parte de los terremotos. Otros fenómenos asociados son la creación de volcanes (especialmente notorios en el cinturón de fuego del océano Pacífico) y las fosas oceánicas.

 Las placas tectónicas se componen de dos tipos distintos de litosfera: la corteza continental, más gruesa, y la corteza oceánica, la cual es relativamente delgada. La parte superior de la litosfera se le conoce como Corteza terrestre, nuevamente de dos tipos (continental y oceánica). Esto significa que una placa litosférica puede ser una placa continental, una oceánica, o bien de ambos, si fuese así se le denomina placa mixta.

También explica que los bordes de las placas pueden ser de tres tipos:

Dorsales oceánicas: Las dorsales oceánicas se generan cuando en el Manto terrestre se produce un ascenso de rocas fundidas que rompen la corteza oceánica y dan lugar a la formación de una fisura de miles de kilómetros de longitud en la que se produce un intenso volcanismo. El ascenso de magma provoca un abombamiento en la corteza, seguido de un estiramiento y la consiguiente rotura. Este proceso es consecuencia de las corrientes convectivas generadas en el Manto. Una dorsal es por tanto el borde divergente de dos placas oceánicas. La actividad eruptiva asociada a las dorsales permite el desarrollo de cordilleras submarinas que pueden alcanzar  miles de metros de altura, llegando a aflorar sobre la superficie del océano y permitiendo el desarrollo de islas o archipiélagos volcánicos. Las dorsales oceánicas son el lugar en el que se genera corteza  y se produce la expansión de los fondos oceánicos. Una dorsal se estructura en forma de fosa tectónica con horst en sus márgenes.

En las dorsales oceánicas se desarrollan fallas de transformación con una importante componente horizontal. Estas fracturas alcanzan longitudes de miles de kilómetros. El Océano Atlántico se encuentra surcado por una gran dorsal que lo recorre de norte a sur. Las cimas de la Dorsal Meso-Atlántica  se ponen de manifiesto en Islandia donde es posible seguir la fractura que divide en dos el fondo del Atlántico. En las dorsales oceánicas en gradiente geotérmico es más elevado, como también lo es la gravedad. En los bordes de las dorsales oceánicas la nueva corteza generada se dispone en bandas paralelas. En estas bandas las rocas adquieren la orientación que en esos momentos tenga el campo magnético de la Tierra. Esto permite  establecer la edad de estas lavas y la velocidad de expansión de los fondos oceánicos.

Zonas de subducción: La subducción de placas es el proceso de hundimiento de una placa litosférica bajo otra en un límite convergente, según la teoría de tectónica de placas.1 La subducción ocurre a lo largo de amplias zonas de subducción que en el presente se concentran en las costas del océano Pacífico en el llamado cinturón de fuego del Pacífico pero también hay zonas de subducción en partes del mar Mediterráneo, las Antillas, las Antillas del Sur y la costa índica de Indonesia.

La subducción es causada por dos fuerzas tectónicas , una que proviene del empuje de las dorsales meso-oceánicas y otra que deriva del jale de bloques.

La subducción provoca muchos terremotos de gran magnitud los cuales se originan en la zona de Benioff. La subducción también causa la fusión parcial de parte del manto terrestre generando magma que asciende dando lugar a volcanes.

En las zonas de subducción, se producen convergencias, choque entre dos placas tectónicas. Hay tres tipos:

Convergencia continental-oceánica: Una placa con corteza oceánica colisiona con una placa con corteza continental la cual, al ser más ligera, "flota" sobre la oceánica que se hunde (subduce) en el manto. Al alcanzar una profundidad de unos 100 km se desencadena la fusión parcial, que origina un flujo ascendente de magma (roca fundida) que origina plutones y volcanes que crecen sobre el continente. Se forman así arcos volcánicos continentales y grandes fosas oceánicas, ambos paralelos a la costa. El punto de intersección de las dos placas se llama zona de subducción y allí se forma una fosa oceánica donde se van acumulando sedimentos en una estructura llamada prisma de acreción.

Este tipo de borde convergente es el que se da en la costa pacífica de América del Sur, donde la Placa de Nazca, totalmente oceánica, deriva hacia el este y colisiona con la Placa Sudamericana que deriva hacia el oeste; el magma ascendente ha formado la Cordillera de los Andes, con cientos de volcanes activos y una intensa actividad sísmica.

Convergencia continental-continental: Cuando una placa oceánica en subducción contiene también litosfera continental, la subducción continuada acabará uniendo los dos bloques continentales que, dado que ambos flotan en la astenosfera, colisionarán. Ello pliega y deforma los sedimentos acumulados a lo largo del margen continental originando una nueva cordillera compuesta por rocas sedimentarias y metamorfizadas.

Convergencia oceánica-oceánica: Dos placas con corteza oceánica colisionan. Una placa subduce bajo la otra iniciándose la fusión y la actividad volcánica como en la convergencia oceánica-continental. Estos arcos están situados a 100-300 km de la fosa submarina que se forma en el punto de subducción. Son ejemplos de archipiélagos originados así las Aleutianas, las islas Marianas, Tonga, Japón y las islas de la Sonda, y las fosas asociadas a ellos.

Falla transformante: es el borde de desplazamiento lateral de una placa tectónica respecto a la otra. Su presencia es notable gracias a las discontinuidades del terreno.

Hay dos tipos de falla transformante: las que segmentan las dorsales mesoceánicas y las que forman los bordes pasivos entre placas tectónicas continentales.

En las fallas o bordes transformantes que forman los bordes pasivos entre placas tectónicas, las placas se desplazan una al lado de la otra horizontalmente, sin producir ni destruir litosfera. La falla transformante más conocida de este tipo es la falla de San Andrés, en California (EE. UU.).

Las que se producen en los bordes constructivos de placas son las que dividen las dorsales oceánicas en segmentos más o menos cortos de trazo recto, para acomodarlas a un trazado general curvo o sinuoso u oblicuo respecto a la dirección de expansión del suelo oceánico (ver imagen a la derecha).

Los otros dos tipos de bordes de placas tectónicas, los bordes convergentes y los bordes divergentes, son tectónicamente activos y ambos con actividad volcánica asociada:

Un borde convergente es donde las placas tectónicas chocan y, dependiendo del tipo de corteza implicada (oceánica-oceánica, oceánica-continental o continental-continental) se produce subducción y la formación de arcos isla u orogenias (creación de relieve y formación de nueva corteza continental).

En un borde divergente las placas tectónicas se separan, lo que provoca el ascenso de material desde el manto y la creación de nuevo suelo oceánico, es decir, nueva corteza oceánica.

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